lunes, 7 de febrero de 2011

Manifiesto de apoyo al director Nacho Vigalondo

Desde ya propongo que se cambie la red de alta velocidad española (AVE) por obsoleta y antigua. Queda demostrado que lo que más rápido viaja en este país es la mierda. Barata y ecológica, la mierda lo inunda todo, y todo lo puede. Fácil de untar como la margarina, munición perfecta para el tertuliano, la mierda cotiza alto y hasta lava más blanco.

Pues vaya una mierda. Qué curioso que a pesar de la crisis que vive el cine español todo el mundo conozca ya al director Nacho Vigalondo. Quizás no hayan visto sus películas, aunque alguna de ellas haya dado ya la vuelta al mundo acaparando premios de festival en festival, pero seguro que han leido el desafortunado comentario que escribió recientemente en su cuenta de twitter. No sé qué demonios intentaba demostrar Nacho con esa frase, con esa estúpida broma, pero no es admisible ni justo que se tire por tierra la trayectoria de un joven talento de nuestro cine por un error así: un error de cálculo, de medida, de contexto, no sé. Un error por el que, en cualquier caso, el cineasta ya ha pedido disculpas. Y también ha dado explicaciones. Pero la avalancha de mierda que se cierne sobre él parece imparable, y está en riesgo no sólo una prometedora carrera sino también y sobre todo la dignidad de una persona. Por ello algunos personajes de la cultura han iniciado una campaña de recogida de firmas para mostrarle su apoyo y contrarrestar en lo posible el desprestigio al que se le está sometiendo desde diversos mierdos, digo medios.

Os animo a leer el manifiesto y entrar a firmar en el enlace. Yo ya lo he hecho.

Manifiesto en Apoyo a Nacho Vigalondo

Los abajo firmantes queremos expresar nuestra indignación y repudio al artificial escándalo mediático tejido contra el cineasta cántabro Nacho Vigalondo respecto a un chiste supuestamente antisemita o negacionista transmitido en la red social Twitter. Del mismo modo, deseamos mostrar nuestro apoyo solidario a Vigalondo frente a las desmesuradas consecuencias profesionales y personales que tal distorsión mediática le han reportado.

Dicha manipulación mediática ha supuesto para Vigalondo el cierre del blog que mantenía para la versión digital de El País, así como el cese en la difusión de la campaña de publicidad que había realizado para la edición en iPad del mismo periódico.

Por tanto:

1. Nos parece tendencioso el acoso de que ha sido objeto Vigalondo por parte de varios medios de comunicación, así como el intento de dañar a toda costa su imagen pública, y lamentamos por considerarla injusta la decisión de sus empleadores de tomar medidas tan drásticas, en vez de intentar explicar qué ha sucedido y por qué. Sucumbir a las presiones de la competencia ha llevado a una serie de decisiones desafortunadas por parte de El País.

2. Es indignante ver cómo se ha usado la tergiversación para entablar una batalla mediática evidentemente interesada (y de un amarillismo deleznable), donde se ha enjuiciado moralmente a Vigalondo sin reproducir el contexto inicial de su chiste.

3. Se ha argumentado que el chiste no tiene gracia, que sobre ciertas cosas no se bromea. Un chiste sólo funciona dentro de un contexto, y aquí ese contexto era negar una serie de verdades innegables. Por supuesto, los medios interesados lo sacaron de ese contexto para que no funcionara como chiste, sino como supuesta declaración de intenciones.

4. La lista de artistas internacionalmente consagrados con un sentido del humor similar al de Vigalondo es larga. Cabe preguntarse qué sería de la vida cultural de este país si hiciéramos lo mismo que se le ha hecho a Vigalondo con todos los artistas que han satirizado o parodiado el Holocausto: desde el director judío Ernst Lubistch definiendo en la voz de un alto mando nazi qué es un campo de concentración (“We do the concentrating and the Poles do the camping”) hasta el también judío Woody Allen afirmando que cada vez que escucha a Wagner le dan ganas de invadir Polonia. En cualquier caso, manifestamos nuestra disconformidad con una policía moral que decida en todo momento de qué nos podemos reír y de qué no.

5. El objetivo último de este comunicado es abogar por que Nacho Vigalondo pueda seguir desempeñando su carrera como cineasta de la misma manera que lo ha hecho hasta ahora, sin represalias ni listas negras reminiscentes de indeseables tiempos pasados.

El historial cinematográfico y profesional de Nacho Vigalondo es impecable, pleno de éxitos de crítica y público, en España y en el extranjero. No podemos permitir que juicios interesados por parte de los medios de comunicación impidan el normal desarrollo de su fructífera carrera.

Lista de firmantes provisional (06.02.2010 21.00h - Podría contenter errores y/o redundancias)

Si quieres adherirte al Manifiesto en Apoyo a Nacho Vigalondo, firma aquí.

Todas las firmas recogidas seran presentadas a El País, así como a diferentes medios de comunicación para su difusión. Tu DNI no será publicado en esta pagina ni en ningún medio, tus datos no serán vendidos a terceros, ni utilizados con ningún fin que no sea dar validez a este manifiesto. Muchas gracias por el apoyo.

2 comentarios:

jens peter jensen silva dijo...

muy bueno lo de mierdos, digo medios...
Este país es un puto asco, hombre, te lo digo yo, que soy español.
Abrazo

Víctor Aranda García dijo...

Tio, imagina un armario lleno de libros siempre abierto en una plaza de cualquier ciudad, donde la gente deja los libros que no quiere o que ya ha leido, y otros se los llevan a casa para leerlos, o los leen en la misma plaza mientras se toman un café. Lo que sería una verdadera biblioteca del pueblo para el pueblo, en la que nadie rompe los libros, nadie los dobla, nadie los tira, nadie los roba... simplemente porque no tendría sentido, porque los libros son de todos y así son apreciados... Esto lo he visto en Alemania.

Aquí en cambio no tenemos conciencia alguna de comunidad, cada uno va a lo suyo, y el mal del otro a lo mejor hasta nos viene bien. Aquí se desmotivan la personalidad y el pensamiento crítico. Aquí lo que se valora, se premia y aplaude es al imbécil. Normal que al final allí tengan libros, y aquí rebaños de imbéciles.

Un abrazo